IA y defensa: una combinación que preocupa a empleados

En una nueva revisión de sus normas éticas, una importante compañía del sector tecnológico ha suprimido su promesa anterior de no emplear la inteligencia artificial (IA) en usos ligados a armamento o vigilancia que puedan violar leyes internacionales o derechos humanos. Anteriormente, la política de la empresa prohibía la creación de tecnologías capaces de causar daño general, incluidas armas, estando en consonancia con los principios de derechos humanos a nivel internacional.

Este cambio ha suscitado diferentes reacciones, tanto en el interior como en el exterior de la empresa. Algunos trabajadores han manifestado su inquietud en foros internos, poniendo en duda la orientación que está adoptando la compañía. Por ejemplo, en la plataforma interna Memegen, se publicaron memes y comentarios críticos acerca de la decisión, demostrando preocupaciones sobre el empleo de la IA en ámbitos militares y de vigilancia.

Esta modificación ha generado diversas reacciones, tanto dentro como fuera de la empresa. Algunos empleados han expresado su preocupación en foros internos, cuestionando la dirección que está tomando la compañía. Por ejemplo, en la plataforma interna Memegen, se compartieron memes y comentarios críticos sobre la decisión, reflejando inquietudes respecto al uso de la IA en contextos militares y de vigilancia.

La actualización de las directrices se produce en un contexto de creciente competencia global por el liderazgo en IA. Los ejecutivos de la empresa argumentan que las democracias deben liderar el desarrollo de la IA, guiadas por valores fundamentales como la libertad, la igualdad y el respeto por los derechos humanos. Además, enfatizan la importancia de la colaboración entre empresas, gobiernos y organizaciones que comparten estos valores para crear una IA que proteja a las personas, promueva el crecimiento global y respalde la seguridad nacional.

Esta decisión marca un cambio significativo respecto a la postura adoptada en 2018, cuando la empresa prohibió el uso de su tecnología de IA en armamento tras protestas internas relacionadas con un contrato con el Departamento de Defensa de Estados Unidos para analizar videos de drones. Desde entonces, la tecnología ha avanzado considerablemente, y la IA se ha convertido en una herramienta omnipresente en diversas aplicaciones, desde teléfonos móviles hasta internet.

La eliminación de la prohibición alinea a la empresa con otras en el sector tecnológico que permiten ciertas aplicaciones militares de sus tecnologías. Por ejemplo, desarrolladores de IA como Meta y OpenAI han permitido el uso de sus tecnologías en contextos militares. Esta tendencia refleja una reevaluación de las políticas corporativas en respuesta a las dinámicas geopolíticas y los avances tecnológicos actuales.

Sin embargo, esta decisión también ha suscitado preocupaciones entre expertos y defensores de la ética en la IA. Algunos argumentan que el desarrollo de sistemas de armas autónomas y herramientas de vigilancia impulsadas por IA podría tener implicaciones éticas y de derechos humanos significativas. La comunidad científica ha advertido sobre los riesgos asociados con el desarrollo de armas autónomas y ha abogado por un sistema de control global para mitigar posibles amenazas.