La disputa por los sectores a los que se prohíbe la publicidad en televisión (distribución masiva, cine, edición literaria) no es nueva pero ha resurgido en los últimos días. La publicación, martes 30 de enero, de un estudio encargado por la Autoridad Reguladora de la Comunicación Audiovisual y Digital (Arcom) y por el Ministerio de Cultura, así como las consultas públicas resultantes, han encendido la pólvora. Algunos actores de la prensa escrita y de la radio critican a la autoridad reguladora, en particular, por ser un actor que defiende los deseos del sector audiovisual.
“Sobre la sensación de que el partido ya está jugado”, lamenta Pierre Petillault, director general de la Alianza General de Prensa Informativa (APIG), que reúne a diarios nacionales y regionales, así como a semanarios regionales. Petillault no digiere la apertura de una consulta pública sobre una posible autorización de publicidad de publicaciones literarias en televisión. Además, la perpetuación de la publicidad televisiva del cine se estudia, aunque aún no se ha anunciado ninguna decisión. Los anuncios de televisión que promocionan películas se han probado desde 2020 y hasta abril de 2024.
A mediados de enero, la APIG ya había enviado una nota en blanco al Ministerio de Cultura y a varios parlamentarios para sensibilizar sobre el tema. “La desregulación imprudente expuso la financiación de las noticias a un riesgo enorme”, señala esta nota, recordando que la distribución masiva representa entre el 20 y el 40% de los ingresos publicitarios de la prensa regional. El mismo clamor de las emisoras de radio independientes. Christophe Schalk, presidente de la Unión de Radios Independientes (Sirti), teme “un debilitamiento de los medios locales presentes en todos los territorios, y por tanto de la información y la cultura”si una posible evolución recorriera el día.
“Alimentando el debate público”
En cuanto al estudio, encargado por Arcom y el Ministerio de Cultura (y dirigido por la empresa PMP Strategy), se considera un pretexto para reequilibrar el mercado a favor de la televisión. De hecho, es preocupante para los medios tradicionales porque predice que casi dos niveles de ingresos publicitarios en 2030 serán captados por los actores digitales (65%). Esta proporción era sólo del 25% en 2012 y del 52% diez años después. Cuatro plataformas –Meta (Facebook, Instagram y WhatsApp), Alphabet (Google y YouTube), Amazon y ByteDance (TikTok)– podrían sumar así el 45% de estos ingresos publicitarios. Al mismo tiempo, los ingresos publicitarios podrían disminuir un 1% en la radio, un 1,4% en la televisión y hasta un 5,4% en la prensa.
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